viernes, 7 de agosto de 2009

Bases y actualizaciones en tecnologías aplicadas


La evolución tecnológica ha modificado la relación entre los seres humanos en la sociedad y con el ambiente en todos los tiempos. De igual modo ha ido modificando los procesos de enseñanza y de aprendizaje en los ámbitos educativos, pues la escuela forma parte de la sociedad.

Como expresa Tarasow, “Las tecnologías son un producto de las sociedades y las sociedades se encuentran condicionadas por las tecnologías”.

Hace unos años se discutía, en los ámbitos académicos, si había o no que utilizar las computadoras en el aula.

Luego la discusión se centró en si se debería dejar entrar a internet en las escuelas o no.
El temor de los docentes de que sus alumnos tuvieran más información sobre ciertos temas, las presentaciones de trabajos de los alumnos utilizando el famoso copy paste, la veracidad o no de los datos que se encuentran en la web, fueron, y aún lo son, los puntos clave para el rechazo del trabajo con internet en las escuelas.

Considerando lo que expresa Castells:
"Internet no es sólo una tecnología, una agrupación de hardware y software sino un nuevo espacio social de interacción".

En este siglo XXI las nuevas generaciones, nuestros alumnos de todos los niveles desde inicial hasta universitario, están inmersos en el ciberespacio, interactúan como peces en el agua con sus pares, o no, a través de las redes sociales.
Nuestra misión como docentes es analizar profundamente el ¿Cómo? y el ¿Para qué? de las TIC en los ámbitos educativos.

Los docentes debemos aprovechar las habilidades de la generación del siglo XXI y llevarlas a nuestras aulas creando actividades cooperativas y de comunicación que aúnen las habilidades técnicas de los alumnos con lo que nosotros nos proponemos transmitir de nuestro currículo.

En síntesis, pasar de considerar a internet y sus servicios, como por ejemplo la web, un lugar donde buscar, una biblioteca de datos, para pensar en una web 2.0 que permite estímulos y facilita la tarea de ser pro-consumidores. Es decir, producir en y para la web.

Las aplicaciones web 2.0, generaron el boom de la blogosfera, wikis, RSS, el etiquetado y los marcadores sociales, el compartir videos, fotos: crear para otros. Estas aplicaciones deben ser aprovechadas por los docentes para realizar tareas colaborativas más allá de las paredes del aula. No se debe temer a la horizontalidad, sino generar usuarios y productores analíticos, críticos, participativos de esta poderosa herramienta.

Formar para que nuestros alumnos diferencien lo real de lo virtual y protejan su privacidad sin dejar de participar.

Seleccionar y no temer debatir nuevos temas entre docentes y entre docentes - alumnos: software propietario vs. software libre, propiedad intelectual, seguridad personal, etcétera.

Está en nosotros trabajar con las tecnologías (PC, Ipod, teléfonos celulares, etcétera) colaborativamente junto a nuestros alumnos y colegas, para formar desde el conocimiento científico de nuestra área, que debemos transformar en un conocimiento educativo.

Motivar a nuestros alumnos a aprovechar sus conocimientos de esta cibercultura para transformarlos en futuros estudiantes o ciudadanos responsables, simplemente seres humanos libres que deseen participar y contribuir con la sociedad a la que pertenecen y con la sociedad global.

En el 2010 las tecnologías de la información y la comunicación presentan nuevas posibilidades para el trabajo áulico.

Al decir de Tarasow “las tecnologías no son buenas ni malas, ya que dependen de los contextos, se encadenan con los usos e intereses sociales, pero tampoco son neutras, ya que su configuración condiciona, restringe o amplia las maneras sociales de hacer las cosas (producir, comunicar, etcétera)”.

Debemos tener en cuenta esta falta de neutralidad de las tecnologías, apropiarnos de ellas logrando que nuestros alumnos sistematicen sus saberes técnicos en el manejo de las TIC en provecho de sus estudios o trabajo.


Tarasow, Fabio y Pedregal Nicolás, Las tecnologías y las sociedades.

Castells Manuel, 1998, La era de la información, Siglo XXI, México.

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